EMPRESAS FAMILIARES ¿Cómo entenderlas para lograr gestionarlas?
- Macarena Suárez
- 16 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Las empresas familiares son comunes de reconocer, ya que abarcan el 80% de las empresas uruguayas, por tanto cuando vamos en busca de la prestación de un servicio o compra de un producto nos vamos a encontrar con ellas. Lo cual desvela la importancia real de su correcta administración.
El problema radica en que son muy complejas de gestionar y de administrar; las mismas se caracterizan por tener una participación activa de la familia, por lo tanto hay un sinfín de visiones y formas de liderar, generando una disociación de roles, con poder homólogo en los cuales hay diferentes opiniones y conceptos, pero reinan los vínculos afectivos, por lo tanto se pueden llegar a desdecir o confundir la voz de mando.
Por otro lado; la propiedad de la misma es de la familia, no obstante, es probable que el capital no esté repartido en forma proporcional, lo que puede gestionar complicaciones en la gestión, ya que si hay más de una familia dentro de la misma, y alguna de ellas con mayor capital puede pensar que tiene todo el poder para la toma de decisiones, "pasando" por encima de los demás, generando grandes complicaciones.
Asimismo, dentro de las mismas hay un seguimiento entre la empresa y la familia, por lo tanto se generan vínculos entre las dos partes, ocasionando una superposición de sistemas, con probables conflictos de intereses entre las dos partes, lo que puede afectar de forma directa o indirecta la armonía familiar.
Como principales características más allá de las mencionadas con anterioridad están que las mismas son identificadas por los apellidos de los miembros que los componen, sobretodo el del fundador, los lazos son más acentuados (que en una empresa más "abocada" al mercado) lo que favorece el sentido de pertenencia, la motivación laboral, defensa de intereses, conciencia de responsabilidad, a la vez en estas empresas se busca poder perpetuarlas en pro de las nuevas generaciones, brindándole una fuente de trabajo segura y constituida.

Las políticas y protocolos de actuación son más flexibles que en otra empresa, por la esencia de la misma y su forma de adaptación al mercado.
En muchos casos captan de una manera más eficiente de los necesidades de un cliente con el cual atesoran una comunicación personalizada y directa.
El fundador es fundamental para forjar la personalidad empresarial, para su correcto desarrollo, es quien va a establecer los pasos a seguir para moldear la empresa con su identidad, quedando empapado dentro la cultura empresarial por años.
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